Esta fuente de agua termal está en la parte baja del cañón
de Atojhuarco, a nivel del río, no es muy grande ni profundo. Dice la leyenda
que esta fuente lo hizo el espíritu del lago que vive dentro de una de las
montañas que lo rodea, por eso brota del interior. Según la leyenda el inca iba
a bañarse ahí porque era un agua tibia y cristalina, era solo para él, y la
cuidaba el espíritu del río.
Todas las mañanas al
amanecer se para en una peña cercana y se ve volar, como un sapo con aletas de
pez; pero cuando ve la gente se ve un murciélago.
El espíritu de la fuente era una mujer hermosa que se bañaba
todas las tardes en la fuente pero nadie la ha visto nunca, porque se ha casado
con el espíritu del río y se va a vivir al centro de la montaña, donde se
realiza el pelo con un peine de oro.
Las personas del lugar creen que actualmente todas las
tardes y las mañanas los espíritus se bañan en piquilhuanca (y este es el
motivo de los rituales curativos)